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Jueves Lardero

Fecha:  11 de Febrero

Jueveslardero

Jueveslardero, o como se dice en Abengibre «Joveslardero», se celebra el jueves anterior al Miércoles de Ceniza. Un día que esperan impacientes grandes y pequeños, ¿sería por los hornazos…?

Su origen

Jueveslardero tiene un origen pagano. Se trata de la fiesta que prepara la llegada de la Cuaresma, la última oportunidad de comer carne antes comenzar las prohibiciones, tal y como su propio nombre indica: «Lardero», que precede a las carnestolendas, es decir, el Jueves que precede a los días de Carnaval. Además, la palabra procede de lardo, que significa «grasa, especialmente de cerdo».

La celebración de Jueveslardero en Abengibre

Jueveslardero es un día festivo en el que incluso no hay colegio y que todas las familias aprovechan para pasar en el campo, como si de una romería se tratara. Los chicos y chicas del pueblo, así como las familias y vecinos, se reúnen en pandillas para ir a comer al monte.

Preparando el ato de Jueveslardero

Con el cambio de los tiempos se ha modernizado un poco esta escapada al campo, pero no hace mucho tiempo, íbamos caminando hasta el monte de la Casilla de Segundo con nuestro cesto, en el que llevábamos el tenedor y una navaja pequeña, un hornazo (con uno o dos huevos que estampábamos en cualquier sitio), nuestros panes en miniatura (hechos expresamente para la ocasión), la bota de goma (con lo difícil que era sacarle a aquello algo de dentro) y la merendera, en la que no faltaba la longaniza, la morcilla, el huevo frito o la tortilla francesa y unas tajás de la orza: de tocino, de costilla y de lomo. ¡Preparándonos para la cruda Cuaresma!

Otra cosa que recuerdo son las caretas. No sé si fue una moda temporal o no, pero para ese día todos comprábamos caretas de cartón, imagino que por la proximidad del Carnaval…

El día de los Quintos

Este día no es sólo de los niños, también estaban y están los temidos Quintos, que te persiguen con las carretillas y a los que parece que no se les acaban las fuerzas.

Y para terminar, un paseo al Molar

Después de una larga mañana en el monte, la tarde se solía aprovechar para dar un paseo hasta El Molar viejo antes de volver a casa, esta vez ya con los padres, una vez que el sol empezaba a ponerse.

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