Catastro del Marqués de la Ensenada de 1753
Citación de personalidades para comenzar el Interrogatorio
Pero, ¿qué era el Interrogatorio?
Respuestas Generales de Abengibre al Interrogatorio General del Catastro del Marqués de la Ensenada
Las tierras y sus cultivos
Estas labores estaban sembradas de hortalizas, viñas, cebollas de azafrán y lo demás de matorrales, montes y llecos de pasto común del Estado. También había árboles frutales plantados sin orden en los márgenes de los huertos o en medio de las tierras, como nogales y melocotonares y otros de nueva plantación como algunas moreras.
Los frutos que se recogían eran trigo, cebada, centeno, avena, guijas, garbanzos, hortalizas, calabazas, cáñamo, azafrán, vino, nabos, algunas nueces, frutas, algunas hojas de morera (para el sustento de los gusanos de la seda), miel y cera, panizo y cañamones; además de otros productos como la lana y los añinos (corderos de un año o sus pieles).
El ganado
En cuanto a las especies de ganado, había «mular, yeguar, asnal, vacuno, cabrío, cerda y lanar «, así como 13 colmenas de las que se extraía miel y cera.
Los habitantes y sus ocupaciones
Esta población se componía de 156 vecinos (en los que se incluyen viudas, menores y pobres de solemnidad) que vivían en 134 casas (entre ellas 2 arruinadas e inhabitables), de las que no se contribuye por establecimiento de suelo a pesar de ser señorío.
En cuanto a los negocios y profesiones mecánicas , sólo había una tienda de aceite y arroz (surtida por Miguel Serrano, de Valdeganga), una taberna y abasto de jabón (por Pedro Mínguez, de Jorquera), una panadería (llevada por Mathias González, vecino de Abengibre) y un alcabalero del viento (Sebastián Pérez, abengibreño) que también tenía los derechos de Fiel Medidor, Almotazanía y Correduría. A parte de un vecino que trataba con pescado, sardinas y otras piezas de lienzo (Antonio Torres), no había tenderos de ropa, oro u otros géneros; lo que sí había era una cirujano (Juan Prieto), un sacristán (Cristóbal Merano), agrimensores (Pedro Giménez, José Fuentes Cebrián y Domingo Pérez), 1 médico y 1 boticario que asistían desde Jorquera (Joseph Cescril y Pedro López), un maestro Albeytar (Ignacio Jiménez, también de Jorquera), un estanquero (Sebastián Pérez), un untefero (José Leandro), unos 42 arrieros y trajinantes en diferentes mercadurías y tenerías; y, entre los que practicaban las artes y oficios, 2 maestros tejedores, 4 peinadores y cardadores, 4 maestros sastres (2 de ellos muy ancianos para trabajar), 1 albañil (que no ejercía el oficio), 1 herrero, 1 picapedrero de molino y 3 tejeros. Había también 35 jornaleros, labradores y pastores (atero, ayudador y esquiladores de ganado mayores y menores). Asimismo, entre los vecinos había 41 pobres de solemnidad.
Sobre los bienes y explotaciones
No existía hospital, ni embarcaciones, ni conventos o monasterios de religiosos/as, ni más eclesiásticos que el cura beneficiado del lugar, ni más comercios que los citados, ni minas, ni salinas, ni molinos harineros, de agua o viento, ni batanes u otros artefactos, no existía casa de esquileo.
Impuestos
Por último, en cuanto a los impuestos que debían soportar los vecinos de Avengibre, estaban:
- Por un lado los que gravaban los frutos de la tierra: los derechos de
Diezmo y Tercias (al Obispo de Cartagena y la Marquesa de Villena que suponían 2025 reales cada quinquenio), el de Primicia (sólo el cura beneficiado por la administración de sacramentos) y el Voto de Santiago (que se llevaba el recaudador a su casa). No existía esquilmo de leche. - Por otro, las
Alcabalas (730 reales de vellón al año), el Derecho de Almotazanía, el de Alcabalas del Viento y Fiel Medidor, que se incluía en el Repartimiento de Haberes Reales. - Además, tenían otros gastos como pago al cura por cantar la Pasión, al predicador cuaresmal, al fiel de estos, a la villa de Jorquera por vecindad jurada, al predicador de la bula, al conductor del dinero de la bula a la ciudad de Murcia, al alguacil mayor de la villa, el papel sellado, para componer fuentes y caminos de los testimonios que se llevan a la ciudad de Cuenca, órdenes y veredas y cobranza de la sal, que importaban un total de 1104 reales, que se repartían entre los vecinos a proporción de sus bienes.
Fuente:
Microfilmación de las Respuestas Generales conservadas en el Archivo General de Simancas. MCU